lunes, 12 de mayo de 2014

La física cuántica demuestra que hay vida después de la muerte

Hay vida después de la muerte, y la muerte es una ilusión creada por nuestra conciencia. Un científico estadounidense ha encontrado pruebas de esta teoría en la física cuántica. "Creemos que la vida es solo la actividad del carbono y una mezcla de moléculas; vivimos un tiempo y después nos pudrimos bajo tierra", escribió el doctor en medicina Robert Lanza, citado por el diario británico 'Daily Mail'.

Este profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest de Carolina del Norte argumentó que los humanos creemos en la muerte porque "nos han enseñado a creer que morimos"; es decir, nuestra conciencia asocia la vida con el cuerpo, y sabemos que el cuerpo muere. Su teoría, denominada 'biocentrismo' o 'universo de la biocéntrica', explica que la muerte no puede ser tan terminal como creemos. Según esta teoría, la biología y la vida originan la realidad y el universo, y no a la inversa.
De eso se desprende que la conciencia determina la forma y el tamaño de los objetos del universo. Para dar un ejemplo, Lanza se centra en cómo percibimos el mundo que nos rodea. Una persona ve el cielo azul y le dicen que ese color es el 'azul', "pero se pueden cambiar las células de su cerebro para que vea el cielo de color verde o rojo". 


Nuestra conciencia da sentido al mundo y puede ser alterada para cambiar nuestra interpretación. Desde el punto de vista de la biocéntrica, el espacio y el tiempo no se comportan de manera tan rígida ni tan rápida como nos presenta nuestra conciencia.
Si aceptamos la teoría de que el espacio y el tiempo simplemente son 'herramientas de nuestra mente', entonces la muerte y la idea de la inmortalidad existen en un mundo sin límites espaciales ni lineales. 

Los físicos teóricos creen que hay una cantidad infinita de universos en los que diversas variaciones de personas y situaciones existen y ocurren simultáneamente. Lanza afirma que todo lo que puede suceder sucede en algún momento en todos estos 'multiversos' (los múltiples universos posibles), lo que significa que la muerte no puede existir "en un sentido real".

Según Lanza, que participó en los primeros experimentos de clonación, cuando morimos nuestra vida se convierte en una "flor perenne que vuelve a florecer en el multiverso". Para corroborar su teoría, el científico citó un experimento conocido como 'experimento de la doble rendija', que demuestra que la percepción humana participa en el comportamiento de la materia y la energía.  

Fuente: actualidad

lunes, 5 de mayo de 2014

Experimento de la Lámina de Oro

El experimento de Rutherford, también llamado experimento de la lámina de oro, fue realizado por Hans Geiger y Ernest Marsden en 1909, y publicado en 1911, bajo la dirección de Ernest Rutherford en los Laboratorios de Física de la Universidad de Manchester.
El experimento consistió en mandar con un haz de partículas alfa una fina lámina de oro y observar cómo las láminas de diferentes metales afectaban a la trayectoria de dichos rayos.
Las partículas alfa se obtenían de la desintegración de una sustancia radiactiva, el polonio. Para obtener un fino haz se colocó el polonio en una caja de plomo, el plomo detiene todas las partículas, menos las que salen por un pequeño orificio practicado en la caja.
"Tan sorprendente como si le disparases balas de cañón a una hoja de papel y rebotasen hacia ti". Rutherford concluyó que el hecho de que la mayoría de las partículas atravesaran la hoja metálica, indica que gran parte del átomo está vacío, que la desviación de las partículas alfaindica que el deflector y las partículas poseen carga positiva, pues la desviación siempre es dispersa. Y el rebote de las partículas alfa indica un encuentro directo con una zona fuertemente positiva del átomo y a la vez muy densa.



El modelo atómico de Rutherford mantenía el planteamiento de Thomson, de que los átomos poseen electrones, pero su explicación sostenía que todo átomo estaba formado por un núcleo y una corteza. El núcleo debía tener carga positiva, un radio muy pequeño y en él se concentraba casi toda la masa del átomo. La corteza estaría formada por una nube de electrones que orbitan alrededor del núcleo.

Según Rutherford, las órbitas de los electrones no estaban muy bien definidas y formaban una estructura compleja alrededor del núcleo, dándole un tamaño y forma indefinida. También calculó que el radio del átomo, según los resultados del experimento, era diez mil veces mayor que el núcleo mismo, lo que implicaba un gran espacio vacío en el átomo.

Fuente: Buenas tareas